Hoy sábado Bolivia cumple 186 años de vida independiente. El país celebra estas fiestas por el Estado Plurinacional y aplicando las reformas que fueron establecidas por la Constitución Política del Estado aprobada en enero de 2009. La situación económica del país, con reservas internacionales con más de 11 mil millones de dólares, es estable y la mayor parte de los indicadores dan cuenta de eso.
Este 6 de agosto parece estar lejos aquellos días de pasados años cuando la intolerancia, los conflictos regionales y otros habían provocado que ni siquiera las altas autoridades, como el presidente Evo Morales, puedan pasar estas fiestas en la Capital del Estado, Sucre. Como es debido este sábado el mensaje presidencial se hará desde la Casa de la Libertad.
El país llega a este aniversario con cuatro temas que están dominando la agenda nacional, las elecciones judiciales del 16 de octubre, la construcción de la carretera San Ignacio de Moxos- Villa Tunari y el crecimiento del narcotráfico. El cuarto es el tema de la reivindicación marítima.
En el primer caso los comicios de octubre marcarán un hecho inédito en la historia de la democracia boliviana, no es momento de hacer previsiones de lo que será la justicia después de este proceso, pero sin duda será la democracia quien dicte lo que el pueblo quiera, y si es en este caso que asuman los candidatos elegidos en la Asamblea, así será. El pueblo es sabio y las urnas dictarán su sentencia. Sea cual sea la opción que elijan.
En el caso de la construcción de la carretera que unirá los departamentos de Cochabamba y Beni, el Gobierno defiende una idea que tiene sin duda bases sólidas: la tan esperada vinculación carretera interna, uno de los peores males que aquejó a Bolivia desde la fundación de la República (hoy Estado).
Los indígenas sin embargo también tienen fundamentos suficientes para dejar claro que no se puede permitir el daño ecológico de uno de los pulmones del planeta tierra, una de las reservas forestales más bellas del mundo. Será el diálogo el que finalmente impere y se hallará una solución que brinde a ambas partes la satisfacción necesaria y evite sinsabores a los bolivianos.
El tema del narcotráfico es talvez el más preocupante, la lucha frontal del Gobierno contra este crimen es loable y admirable, pero ha demostrado que este mal goza de buena salud en el país, pues mientras más incautaciones y arrestos hay, parecieran salir más cabezas de este crimen, como si se tratase de una hidra mitológica.
Las políticas de erradicación deben estar sumadas a la ayuda de expertos en la materia, sin importar su nacionalidad y como lo aclaró el Gobierno respetando nuestra soberanía. La guerra contra el narcotráfico, y lo ha reconocido la comunidad internacional hace unos meses, es un combate de escala mundial, por tanto el evitar la colaboración para que se logre erradicar este flagelo es un contrasentido.
“Yo quiero un mar para Bolivia”, todos lo deseamos y todos aspiramos a ello. Hoy sólo queda reafirmar esa aspiración nacional que está reflejada en el deseo de volver de manera soberana al océano Pacífico. Más allá de estrategias o demandas internacionales, este anhelo debe ser un motivo de unidad nacional en todo momento. Una bandera con la que se desfile al unísono.
Finalizamos con la letra de una de las canciones más representativas de Pepe Murillo que retrata con sencillez, pero a la perfección lo que es Bolivia para los bolivianos. (Disfrute al inicio de esta nota la canción en video).
Bolivia en mi corazón.
Vengo desde la tierra que es de la América el corazón, alzo la voz de un pueblo que lleva en alto su tricolor. Grito de los aymaras, viento de puna, kantuta en flor, canto de pueblos quechuas, bravos guerreros, hijos del sol.
Bolivia en mi Corazón! Bolivia en mi Corazón! Bolivia en mi Corazón!
Vengo desde los valles, de alpaca, chicha, vino y maíz, valles con lindas mozas, trenzas en seda, labios en flor. Llego desde la selva, rumor de río ritmo sin par, taquiraris, tierra bendita, tierra oriental.
Bolivia en mi Corazón! Bolivia en mi Corazón! Bolivia en mi Corazón!
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